En 4º de la ESO, hemos leído para trabajar el bloque temático de la personalidad, el libro de CHRIS HADFIELD.Guía de un astronauta para vivir bien en la tierra
Se trata de un libro en el que este astronauta canadiense relata cómo descubrió su vocación y el empeño y coraje con el que trabajó para lograr su sueño, pese a que prácticamente lo vio siempre como algo utópico. Una utopía que consiguió hacer realidad con mucho esfuerzo y dedicación.Su vida es un ejemplo a considerar por dos razones:
1) Porque organizó su trayectoria vital y profesional con vistas a luchar por su sueño.
2) Porque vivió con plenitud vital y profesional cada etapa de su vida aún cuando, en la mayor parte de ellas, no realizaba tareas ni funciones relacionadas directamente con la formación específica de un astronauta. Él mismo confiesa que aunque no hubiese nunca llegado a astronauta, hubiese sido igualmente feliz. Esto significa que el mérito está en intentar, trabajar y luchar por los desafíos personales, tanto como seamos capaces, quién lo haga ya ha alcanzado su sueño, aunque no coincida exactamente con el que motivaba todas sus acciones.
Os invito a los alumnos y alumnas de 4º A, a que dejéis aquí vuestros comentarios sobre capítulos concretos del libro o del libro en general.
(Antes de pasar el comentario al blog, realizadlo en un documento de word, por si se os borra. Cuidad que no tenga faltas de ortografía y que la puntuación sea correcta, para ello siempre ayuda que antes de publicarlo te lo lea algún compañero. Lo publicáis como anónimo, pero ponéis el nombre del autor, y el del corrector o correctores. Como siempre, las personas que por cualquier objeción personal no queráis publicar, me lo entregáis impreso con vuestro nombre).
Para hacer el comentario intentad seguir la siguiente estructura:
1) Relatar algún hecho, acontecimiento, anécdota, reflexión... que se narre en el libro. (Primer párrafo).
2) Realizar una reflexión personal relacionada con el punto primero. (Párrafo 2).
3) Terminad con una pregunta que invite a profundizar en la reflexión que habéis hecho, para que algún compañero prolongue vuestra reflexión o el aspecto en el que queréis investigar. (Párrafo 3).
miércoles, 29 de marzo de 2017
martes, 28 de marzo de 2017
Enlace al blog de valores éticos de 2º de la ESO.
Los alumnos de segundo de la Eso seguiremos trabajando en el siguiente blog.
http://venitalba.blogspot.com.es/
http://venitalba.blogspot.com.es/
Amnesia
Para reflexionar sobre la personalidad hemos leído en clase la novela de Fernando Lalana titulada Amnesia. Es una novela que nos ayuda a pensar la relación entre memoria y personalidad.
Os invito a que dejéis alguna reflexión sobre este problema ético y filosófico.
Os invito a que dejéis alguna reflexión sobre este problema ético y filosófico.
El club de la calceta
La igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y la no discriminación por razón de sexo es un desafío que como sociedad hemos de conseguir paso a paso. El Club de la calceta es un libro de gran ayuda en este sentido, pues pone al descubierto prejuicios muy comunes y arraigados sobre las mujeres en nuestra sociedad. Estos prejuicios impiden una igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres.
Los alumnos de 2º de la ESO, hemos estado leyendo este libro en clase. Os invito a analizar algún prejuicio que aparezca en el libro y que impida la igualdad real entre hombres y mujeres. Mucho ánimo.
Los alumnos de 2º de la ESO, hemos estado leyendo este libro en clase. Os invito a analizar algún prejuicio que aparezca en el libro y que impida la igualdad real entre hombres y mujeres. Mucho ánimo.
Disertaciones finalistas 2º de bachillerato.
Enhorabuena por los trabajos finalistas de los de segundo de bachillerato.
¿Es necesariamente democrática la filosofía?
Clemente Lidón.
Se
nos plantea una pregunta verdaderamente interesante, pero que si se
comienza a analizar directamente sin aclarar anteriormente
determinados aspectos pueden aparecer confusiones. De este modo se
nos plantean algunas cuestiones necesarias para abordar este tema:
¿qué es la filosofía?, ¿qué es la democracia realmente?, ¿qué
se entiende por y cómo es una democracia actual?, ¿es esta forma de
entenderla filosófica?, y por último,en caso de no ser así, ¿cómo
sería una democracia filosófica?
¿Qué
es la filosofía?
Con
respecto a esta primera pregunta, se podría escribir un solo trabajo
sobre este tema y por supuesto que sobrepasaría el límite de cuatro
hojas del que disponemos. Por desgracia no es este el objetivo por lo
que me veo obligado a dar unas simples pinceladas sobre el tema.
Para
empezar, etimológicamente la palabra proviene del griego y
significa: amor (“philo”) por la sabiduría (“sophia”). De
aquí se desprende que le filosofía es la búsqueda del
conocimiento. No obstante, aunque parece algo sencillo de comprender
se deben explicar algunos matices. En primer lugar cabe destacar la
célebre frase de Sócrates: “Sólo sé que no sé nada”. Esto
quiere decir que el filósofo no se considera un sabio, como mucha
gente piensa, sino que es aquel que ha asumido que el conocimiento es
práctica, si no definitivamente, infinito y no se cansa de alimentar
el suyo propio. El filósofo no se considera ignorante, porque este
es aquel que no se preocupa por aprender, pero tampoco se considera
sabio.
De
esta forma obtenemos que la filosofía no consiste en ser sabio, sino
en preguntarse continuamente cómo y por qué es el universo, a la
vez que asumes que no puedes dar una respuesta por verdadera
absolutamente puesto que cuando avanzas en este saber te pueden
surgir nuevas preguntas que no hayas considerado anteriormente. La
filosofía no es el fin y el conocimiento en sí, sino el camino que
nos lleva a alcanzarlo.
Según
L. Wittgenstein: “Filosofía no es una teoría, sino una actividad.
El objetivo de la filosofía es la aclaración lógica del
pensamiento” o I. Kant: “No se aprende filosofía, se aprende a
filosofar”.
¿Qué
es la democracia realmente?
Al igual que con el término
filosofía la palabra democracia está formada etimológicamente por
otros dos términos provenientes del griego: poder (“kratos”) del
pueblo (“demos”). De este modo la democracia es el sistema de
gobierno en el cual la gestión del poder político y las decisiones
son tomadas por los propios ciudadanos del Estado. Según Abraham
Lincoln: “El poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.Así
pues, deben de ser los ciudadanos en su totalidad los que participen
en las funciones de organización del Estado, “preferiblemente”
sin dejar excepciones, por lo que en una democracia no habría lugar
para el machismo, racismo, etc. Pero este concepto plantea unos
problemas que se plantearán en el apartado siguiente y que me
obligan a hacer una distinción entre este, al que llamaré
democracia etimológica, y lo que se entiende por ella en la
actualidad.
¿Qué
se entiende por y cómo es una democracia actual?
Comenzamos a analizar el
concepto de democracia que se entiende en la actualidad. A lo larga
de la historia nunca se ha dado el caso de una democracia etimológica
por el hecho de que siempre se han apartado grupos sociales de la
política. Antiguamente y hasta relativamente poco no participaban en
esta mujeres ni esclavos, pero por suerte estas exclusiones se han
visto reducidas, en la mayoría de países, a: menores de edad,
residentes no ciudadanos, criminales...).
Esto ya implica un
alejamiento con el concepto de democracia etimológica, pero se
podría asumir que un niño, por lo influenciable que es, no pueda
participar al igual que una persona que ha demostrado no poder vivir
en sociedad, como es un criminal. En el caso del no ciudadano o
extranjero es más complicado; hay gente que considera que este puede
participar en política desde el momento en el que comienza a vivir
en el país puesto que las decisiones que se tomen también le
afectarán a él o ella, pero hay otra que piensa que el inmigrante
debe de ofrecer “pruebas” de que va a permanecer en el país un
tiempo prolongado (estas prueba podría ser, por ejemplo, un tiempo
de residencia determinado para poder participar).
Por otro lado, en
determinados momentos en la historia se ha considerado democrática
cualquier forma de gobierno que emanara de la voluntad del pueblo. En
otras palabras, un gobierno será democrático si el pueblo está de
acuerdo con esa forma de gobierno (en muchos casos ni siquiera hizo
falta que fuera el pueblo entero). De este modo han habido casos en
la historia en los que dictaduras, como la de Franco o la de Castro,
se han autoconsiderado democráticas. Por supuesto se ha descartado
esta idea puesto que para que un sistema sea democrático no solo el
pueblo tiene que estar de acuerdo con la forma de gobierno, sino que
debe de ser este en sí el que gobierne.
Así pues, actualmente un
sistema es democrático cuando es el pueblo entero el que tiene el
poder y el que gobierna (sin tener en cuenta las excepciones
explicadas anteriormente). Pero claro, cuando en la antigua Grecia el
Estado estaba formado por una sola ciudad, sí podían juntarse todos
los ciudadanos para legislar. Pero, ¿cómo haces eso cuando un país
relativamente pequeño como es España hay más de 40 millones de
habitantes?
Para resolver este obstáculo
los ciudadanos votan a unos representantes, que serán los que
después se reúnan para legislar. Esto también supone un
distanciamiento con el concepto de democracia etimológica ya que
técnicamente no gobierna ni toma las decisiones el pueblo entero,
pero no lo tengamos en cuenta... El problema reside en que el número
de representantes defensores de una opinión (organizados en partidos
políticos) que acudirán a estas reuniones (cortes, parlamentos o
como se les de nombre dependiendo del país en el que nos
encontremos) dependerá del número de votos que obtenga el partido.
De esta forma acabará legislando y tomando las decisiones el que más
haya obtenido en las elecciones. Pero, ¿es esta forma de gobierno
filosófica?
¿Es
esta forma de entenderla filosófica?
Como hemos visto
anteriormente, las democracias actuales acaban siendo un gobierno de
la mayoría, en las que es esta la que decide, como si se asumiera
que lo que piensa la mayoría es lo correcto para el Estado. En este
sentido, las democracias actuales reciben cierta influencia del
utilitarismo de J Bentham, el cual defiende que siempre se debe de
buscar el mayor placer posible, y por lo que no importa si la minoría
sufre ya que será más abundante el placer de la mayoría.
Sinceramente soy más partidario del utilitarismo de S. Mill, el cual
revisó los postulados de su maestro y diría que si la elección de
la mayoría es equivocada no se debería de aplicar esta, ya que a la
larga causará más sufrimiento. Pues bien, volviendo a estas
democracias, me gustaría recordarles que este argumento de la
mayoría corresponde con una falacia informal de pertinencia:
<<consensum gentium>> o consenso universal, por lo que la
filosofía no puede defender un sistema con estas características,
no podemos asumir que lo correcto es lo que piensa la mayoría. Los
mejores ejemplos nos los muestra la propia historia de la
humanidad...
Recuperemos creencias de la
antigüedad que se consideraban lo más normal del mundo y lo
correcto. Desde tiempo incluso anteriores a la antigua Grecia, hasta
hace poco más de medio siglo, se consideraba que la mujer únicamente
debía de dedicarse al cuidado de la casa y a la educación de los
hijos y no podía participar en la política (entre otras
actividades). Por que todo el mundo, incluso las propias mujeres,
pensaran que era lo lógico y como debía de ser, ¿significa eso que
fuera lo correcto? Otro ejemplo podría ser el de la esclavitud. Del
mismo modo podría llenar lo que queda de página con errores que ha
cometido la humanidad por tomar por lógico lo que se hacía desde
siempre y todo el mundo, sin tener en cuenta los que todavía estamos
cometiendo sin darnos cuenta por no llevar una vida filosófica y no
pararnos a pensar en lo que es correcto. Pero claro, ¿qué se puede
esperar de una educación que aparta la filosofía y no nos enseña a
cuestionarnos estas cosas?
Volviendo al tema que nos
interesa, ha quedado demostrado que un sistema político que se base
en el gobierno de la mayoría no puede ser nunca filosófico, puesto
que no ofrece este espíritu de cuestionamiento continuo y
reformulación de hipótesis, para llegar al conocimiento, la verdad
y lo correcto, propios de la filosofía. En este sentido, la
filosofía no está obligada a ser democrática.
Pero lo que acabamos de
rechazar no es la democracia en sí, sino lo que actualmente se
entiende por democracia. Esto nos plantes una pregunta, ¿puede haber
una manera de entender la democracia según la cual la filosofía
fuese necesariamente democrática?
¿Cómo
sería una democracia filosófica?
Para
analizar esta pregunta, me gustaría hacer referencia al filósofo J.
Habermas, con el cual comparto la visión de que la democracia debe
reflejar la voluntad del pueblo y sus intereses generales
elaborándose mediante un debate o diálogo público que se rija por
la moral y respete unos principios éticos. En otras palabras, la
legislación se debe realizar a través de un debate que vele por el
bien común y no mediante un voto mayoritario.
De
este modo, para que una democracia sea filosófica, esta debe de
ofrecer la posibilidad de hacer oír todas las opiniones existentes,
puesto que cada una puede ofrecer un punto de vista que no se haya
planteado anteriormente y que haga replantear lo que se había
asumido como correcto pero que en realidad no lo sea tanto. De este
modo la representación de los partidos políticos en las cortes o
parlamentos tampoco debería de realizarse por mayorías. En este
sistema lo que se votaría sería únicamente los representantes de
cada partido que acudirían, pero el número de estos debería de
repartirse equitativamente entre todos los partidos políticos, ya
que la legislación se realizaría mediante este debate. No obstante,
suena muy bien, pero puede darse el caso en el que dentro de un
partido que defienda una postura acerca de la forma de gobierno, como
puede ser la república, haya discusiones acerca de otros temas, como
puede ser el taurismo. Si comenzamos a dividir los partidos para que
cada uno defienda las mismas opiniones podría causar que hubieran
más partidos que escaños en el parlamento. Esta podría ser la
primera objeción a este sistema.
Otro
problema que tendría que combatir este sería que hay políticos que
defienden algunas cosas por puro interés y no les importa lo más
mínimo lo que sea correcto o lo mejor para el país. Además, a la
hora de legislar, no se podría hacer mediante el voto, ya que
caeríamos en la misma trampa de la falacia de consenso universal,
sino que deberían de someterse a debate para encontrar la solución
correcta. Pero en caso de que no se llegue a una solución debería
de haber alguien que, sin tener en cuenta sus propios intereses y
teniendo asumido que debe de elegir siempre lo mejor para el país,
tras oír los argumentos de todos obtenga una conclusión. Pero,
¿quién puede ser totalmente imparcial?
Al
final este sistema quedaría en una utopía prácticamente imposible
de llevar a cabo, que fue una de las objeciones que recibió
Habermas, y que me hace plantearme si realmente puede existir una
forma de gobierno realmente filosófica, ya que la filosofía sería
necesariamente democrática si consiguiéramos una democracia plena,
pero no con los sistemas democráticos existentes, puesto que no
permiten la posibilidad de objeciones que alimenten el concepto de
filosofía planteado al principio o acaban solucionándose mediante
la falacia de la mayoría. ¿Podría haber algún sistema de gobierno
que necesariamente la filosofía lo defienda? Quizá y remitiendo al
pensamiento platónico, podríamos cuestionarnos una aristocracia del
saber, en la que los dirigentes y quienes puedan participar el la
política sean aquellos familiarizados con la filosofía y que, por
lo tanto, tomen las decisiones cuestionándose todas las
posibilidades u opiniones y lo que será mejor para el país. Pero,
¿cómo podemos asegurar que estas personas actuarán conforme al
bien común y no por propio interés? Como el mismo Platón asume
cuando realiza su planteamiento de organización social y política,
también caeríamos en una utopía.
Clemente Lidón. 2º Bat.
¿LA
FILOSOFÍA ES NECESARIAMENTE DEMOCRÁTICA?
Firmantes:
La mano invisible &
Luigi
Desde
que los humanos tenemos consciencia de grupo hemos intentado formar
gobiernos para administrar el dinero, la defensa y la sociedad en
general. Uno de estos tipos de gobiernos nació en Atenas con el
deseo del pueblo de autogobernarse sin reyes ni oligarcas, la
democracia. Y por supuesto, los filósofos se han estado preguntando
si esos sucesivos regímenes eran los más adecuados, éticos y
justos. Después de esta breve introducción expondremos lo que era
la democracia pura o ateniense, algunos de sus regímenes
sustitutivos y si la filosofía debe apoyar necesariamente a la
democracia.
La
filosofía consiste en cuestionarse todo lo establecido, sin dar nada
por supuesto. Parafraseando a Deleuze:
“Hacer
del pensamiento algo agresivo, activo, afirmativo. Hacer hombres
libres. La filosofía como crítica nos dice lo más positivo de sí
misma: empresa de desmitificación”
Por
ello hubo filósofos que defendieron y filósofos que atacaron a la
democracia, uno de los cuales es muy conocido, Platón. Ahora se usa
mucho esta palabra,democracia, pero, ¿en qué consiste realmente? La
democracia en un sistema en el que el poder del gobierno (cracia)
reside directamente en el pueblo (demos).
Los
ciudadanos griegos se reunían, dialogaban y votaban, sin votar a
representantes como ahora hacemos. Esta forma de gobierno abogaba por
la búsqueda del bien común, por encima del bien individual y
consecuentemente de la libertad.
Se observa a la sociedad como un grupo de personas y se aplica la
voluntad colectiva, mediante la imposición de la idea que mejor
impresión ha causado, y por tanto la más votada.
Volviendo
a Platón, él hace una importante crítica a la democracia basándose
en los siguientes aspectos: no todos los ciudadanos están igual de
capacitados para la política; las decisiones de la mayoría pueden
ser erróneas, como cuando ajusticiaron a su maestro Sócrates; y la
ignorancia de la mayoría sobre algunos temas clave (defensa,
economía…).
El
problema reside en la diferencia entre una sociedad individualista y
otra de grupo. Como decía Hayek (filósofo y economista
austrohúngaro), se oponen la libertad y la igualdad en la lucha
entre el grupo y el ciudadano y son incompatibles en sus formas
puras. La sociedad individualista cree en que es cada persona la que
debe gestionar su propia vida ya que ella es la que mejor sabe qué
es lo que realmente quiere o necesita, y que los demás deben
respetar sus derechos y su libertad de decisión. La sociedad de
grupo busca el bien común, que idealmente sería el de todos los
ciudadanos, pero que ante la diversidad de opiniones se convierte en
el de la mayoría, aquello que haría feliz al mayor número posible
de ciudadanos. El conflicto surge cuando las dos búsquedas del bien
difieren (casi siempre), y el grupo siempre se intenta imponer al
ciudadano. Pero esto acarrea muchos problemas. Por ejemplo, según la
teoría del grupo la ejecución de Sócrates sería acertada si se
entiende que era una molestia para la sociedad. Sin embargo, en una
sociedad individualista, todos pueden vivir como ellos elijan, y no
se podría condenar a muerte a Sócrates por expresar sus opiniones.
Esta es una sociedad mucho más flexible, por lo que, por ejemplo, se
puede tanto llevar una vida “anticonsumo” como una consumista,
observar pacíficamente el mar o competir en carreras de rally,
pasearse por el bosque o jugar a videojuegos, todo sin censura. Sin
embargo, según Hayek, el individualismo está mal visto porque se
relaciona con el egoísmo, pero en realidad en lo que consiste es en
el respeto al hombre individual, en desarrollar las dotes de cada
uno, tan diferentes e importantes.
La
democracia en sí nace de la idea de buscar lo mejor para la sociedad
de grupo, y puede que en efecto, sea la mejor forma de buscarlo.
El problema es que se da por hecho que la solución a cualquiera de
los males del mundo tiene que pasar por el colectivismo (aplicación
de la idea de grupo), pero esto, aunque resulte mejor para la mayor
parte de las personas, puede llegar a atentar contra un individuo o
contra una minoría,por lo cual la libertad de cada uno queda
relegada ante el bien de la mayoría, y esto degeneraría en un
“estás con el grupo o contra él”. De aquí viene el decir
actual de que si algo no es democrático no es bueno. La democracia
ateniense basada en el colectivismo, que surge de la idea de que el
grupo debe prevalecer sobre el individuo, para la época resulto ser
un sistema adecuado, aunque siempre podía acabar degenerando en
oligarquía u oclocracia (gobierno de la muchedumbre). Muchas
personas se dieron cuenta de que la ignorancia generalizada
desencadenaba en la ineficiencia del sistema.
Las
sociedades liberales, como dijo Hayek, nacen de la importancia del
individuo, del dejar hacer a cada uno lo máximo que pueda con su
capital, su tiempo y su virtud, siempre y cuando esa no entre en una
interferencia con la de sus semejantes. La competencia, dice, ha
propiciado el avance científico, económico y social. En relación
con Adam Smith, “no es por la benevolencia del carnicero, cervecero
o panadero, por la cual obtenemos nuestras cena, sino por su propio
interés”, por lo cual al incentivar el bien de cada uno se
incentiva el global. Como ya se ha mencionado, la democracia en su
estado más puro prima demasiado al grupo y, cuando esta cae por su
ineficiencia, surgen líderes despóticos que aseguran un futuro
mejor a su lado. De aquí nacieron regímenes fascistas como el de
Hitler y el de Mussolini, que nacieron a partir de unas democracias
donde los derechos individuales, en ocasiones incluso el derecho a la
vida, quedaban en un segundo plano a favor del bien común. Como dijo
John Milton:
-
“¿Es justo o razonable que la mayoría de las voces, oponiéndose a la principal razón de ser del Estado, deban esclavizar a la minoría que quiera ser libre? Más justo es, sin duda, que, si resultase forzoso los menos obliguen a los más a permanecer libres, lo cual no puede traerles daño, y no que los más, para satisfacción de su vileza, fuercen perniciosamente a los menos a ser sus compañeros de esclavitud. Los que no pretenden sino su propia y justa libertad tienen el derecho a ganarla cuando quiera que tengan poder, por numerosas que sean las voces que se les opongan.”
¿Cómo
asegurar las libertades y derechos a la vez que dejar el poder en los
ciudadanos? Por supuesto, permitiendo que con el voto se imponga la
mayoría sin respetar a las minorías, no. La solución sería un
Estado mínimo o minarquista, que no pueda interferir en la libertad
de sus habitantes y que se encargue principalmente de velar por la
seguridad de sus ciudadanos y asegurar la propiedad y la justicia en
las relaciones. Mediante la democracia liberal, que no la pura, se
votaría a los políticos para que estén los más capacitados en el
gobierno, siendo controlados por los jueces, con la típica
separación de poderes, creada durante las primeras revoluciones
liberales.
Nos
podrían argumentar que no es correcto llamar a esto democracia, pero
lo cierto es que el nombre no es tan relevante, siempre que funcione.
Un Estado con una Constitución inquebrantable que establezca los
derechos inalienables: a la propiedad privada, a un medio ambiente
sano, a la igualdad de oportunidades, a la libertad de expresión y
de asociación… pero que deje margen para matices de los diferentes
gobiernos formados forzosamente por gente capaz. En este Estado uno
podría dedicarse a lo que quisiera, sabiendo que todos tienen sus
derechos asegurados y cada uno desarrollaría al máximo su capacidad
en lo que se dedica. Así, la filosofía obtiene su máxima expresión
porque el Estado favorece la diversidad de opiniones, al incentivarse
sobre todo que cada uno tenga su propia opinión y criterio. Por
tanto es justo suponer que la filosofía pueda favorecer su propia
ampliación mediante las libertades que ofrece el Estado liberal,
pues como ya se ha dicho, la filosofía es un cuestionar continuo.
Para
aclarar lo que significaría el Estado liberal, pondremos un ejemplo.
Imaginemos que en el hipotético país Puerro Land, apareciera un
partido que se proponga ejecutar a todos los que coman zanahorias,
una verdura menos importante para el país. El Estado podría
censurar este partido. Pero entonces vuelven sus miembros y dicen que
quieren marginar a los que coman zanahorias, y se les vuelve a
censurar. Con este pequeño ejemplo se muestra que incluso en las
altas esferas del gobiernos, en los lugares donde se toman las
decisiones la libertad prevalece sobre cualquier propuesta que la
intente restringir, ya sea por criterios de raza, religión o
alimentación. En nuestra historia vivimos un caso cercano, el
partido Nazi en Alemania abogaba por la marginación de los judíos y
eso, pronto desencadeno en desear su exterminio. La máxima para un
gobierno liberal es que: la propia libertad acaba donde empieza la de
otro.
Volviendo,
tras esta breve pausa, a la política y su filosofía, otra
alternativa a la democracia pura podría ser el totalitarismo
propiamente dicho, y su consecuente falta de libertad a favor de una
supuesta igualdad, u otro bien. Estos regímenes se han dado en el
fascismo y en el comunismo. Estos sistemas adoctrinan a la población
e impiden la diversidad de opiniones, entre otras cosas. Estas formas
de gobierno aparecen por la idea de dotar a unas supuestas personas
totalmente adecuadas del poder absoluto del gobierno. Esto favorece
la corrupción más grande al aficionarse los líderes al poder. Como
dijo Lord Acton: “todo poder corrompe, y el poder absoluto corrompe
absolutamente”. Finalmente estos líderes usaran su poder para
mantenerse en él quiera o no la población.
Por
tanto, la democracia ateniense no es tan ideal como se quiere creer,
al estar pensada para satisfacer a la mayoría. Una de sus
sustituciones, el totalitarismo, resulta peor que ella misma, pues la
libertad queda totalmente eliminada. Sin embargo, el sistema liberal
consigue juntar la libertad individual con el derecho del pueblo a
autogobernarse. No decimos que sea el sistema perfecto, pero sí que
es una buena opción en sí, además de la mejor alternativa en
comparación con las demás. Parafraseando a Winston Churchill,
entendiendo democracia, como el gobierno liberal británico: “La
democracia es el peor de los regímenes, excluidos todos los demás”.
Dicho
todo lo anterior, ¿debe ser la filosofía democrática? No y sí. La
filosofía no debe ser democrática en el sentido de que la opinión
con más adeptos se imponga sobre las demás, pues la filosofía debe
ser individual y emanar de cada uno para poder criticar y cuestionar
de forma continua, solo con un pensamiento libre e individual se
consigue una filosofía más rica y variada. No obstante, debe ser
“democrática” respecto a su participación, todo el mundo
debería filosofar y cuestionarse el mundo.
Alejandro Lidón y Sergio López.
¿LA
FILOSOFÍA ES NECESARIAMENTE DEMOCRÁTICA?
Si
la filosofía es amor por el saber, y el amor y el saber se
encuentran al alcance de todas las personas, ¿no podremos participar
de ella todos los humanos? Supongamos que el conocimiento y el saber
significan poder, por dotarnos de libertad para elegir y hacer. Y del
mismo modo, entendiendo democracia como la participación del poder
por parte del pueblo, ¿no sería la filosofía democrática, en la
medida en que permite la participación de todas las personas y les
permite ejercer lo que llamamos “poder”? ¿Es o no necesaria la
filosofía para llevar a cabo acciones políticas? Estas incógnitas
son las que resolveremos a lo largo de la disertación. En primer
lugar, trataremos ciertos aspectos de la filosofía que a mi parecer
resultan importantes en relación con la participación política.
Después, hablaremos a grandes rasgos del funcionamiento de la
democracia actual y tomaremos en consideración ciertos
planteamientos de Habermas. Y por último, estableceremos una
relación entre ambos términos y los temas desarrollados, para
defender una democracia filosófica y plural, en la que abandonaremos
la pretensión de encontrar una verdad única a la hora de deliberar.
La
filosofía nos brinda la posibilidad de liberarnos de todos nuestros
prejuicios y de practicar la tolerancia.
Nos permite equivocarnos pero revisa siempre los caminos que hemos
trazado. Permite la libre expresión, dada la necesidad que se
desprende de su naturaleza de cuestionar todo lo establecido y de no
vetar el derecho a la palabra por temor a lo desconocido. Y permite
algo que a priori parece muy general y simplista, pero que
concretaré: el conocimiento y el estudio de cómo llegamos al mismo.
Hablo del conocimiento de las causas de nuestro estado contemporáneo,
de qué me mueve y qué me influye como individuo en el marco de una
sociedad progresivamente más compleja. Es aquí donde también
entran en juego los conceptos de libertad y de poder. El conocimiento
de las causas que hacen que actúe de una manera determinada hará
que pueda evadir esas causas y establecer mis reglas de juego. En
otras palabras, me dota de libertad entendida en su sentido positivo.
La libertad negativa significa “libertad de hacer”. Es decir, que
nadie me impida hacer algo. Pero, ¿quién o qué decide que yo haga
ese algo? ¿Puedo encontrar más opciones entre las que elegir? Una
vez conocido (en la medida de lo posible), admitiré entonces que soy
libre, porque decido si hacer o no, y además qué hacer o no. ¿Y no
es esto poder de decisión? ¿No es elección de cómo quiero vivir y
de qué quiero obtener de mi comunidad?
Pasemos,
pues, a la democracia. Según Aristóteles, somos animales políticos.
Es natural en nosotros la relación con otros seres humanos y la
organización de nuestra comunidad. Y si leemos a Spinoza, nos dirá
que la democracia es la forma natural de convivencia, sin la
necesidad de una autoridad por encima de la propia soberanía
popular. Mediante este sistema político, elegimos entre todos en
igualdad de derechos y por votación, aquello que nos conviene. En
un mundo perfecto no habría objeción a un sistema que permite
emitir nuestra voluntad y que esta sea respetada, además de que las
decisiones tomadas serán por lo menos de la conveniencia de la
mayoría. Pero, como afirmaba Maquiavelo, no es el caso.
Centrémonos en cómo son las cosas y no en cómo deberían ser. Ya
advertía Aristóteles, entre otros, de la posible degeneración de
la democracia en demagogia, si se usa el sistema en
beneficio de unos pocos mediante la manipulación de los menos
culturalizados. Es un gran peligro a tener en cuenta, porque
entonces la libertad de voto sería inexistente. Todo
funcionaría a favor de una élite (oligarquía), arrebatándoles el
poder a los ciudadanos. Esta clara desigualdad acabaría
institucionalizándose, y es lo que estamos viviendo a día de hoy:
una pérdida de la libertad política, basada en la legitimación de
la desigualdad de capacidades para dicha participación. Nuestro
actual sistema de gobierno es la “democracia liberal
representativa”. Esta está basada en el principio de defensa de
los derechos individuales, fin para el cual se usan las
instituciones. El individuo es percibido como un sujeto pasivo
portador de derechos, que cede su poder a unos representantes para
que los defiendan. Cabe resaltar que este individuo no se considera
capaz de emprender dicha tarea, por eso delega su poder. ¿Su
funcionamiento? Se realizan unas elecciones a las que diversos
candidatos, pertenecientes a distintos partidos políticos, se
presentan con un programa en el que recogen sus aspiraciones y
promesas. Emitimos un voto a favor de quien nos parece más razonable
y… ¿ya está? No, no es tan fácil. En primer lugar, no votamos a
un candidato, votamos a un partido que a su vez elegirá su
candidato. Esta personalidad es solo la imagen de dicho partido y una
marioneta de este, que a la hora de debatir usará como posición
ideológica la del grupo político al que pertenece. Es decir, deberá
luchar por imponer ideas, no por buscar soluciones prácticas a
problemas del país. Segundo, los programas son inútiles. No existe
ningún mecanismo mediante el cual la ciudadanía pueda decir: “No.
Deja tu puesto. Esto no es lo que dijiste que ibas a hacer.” Y no
cumplen por la misma razón. Porque los problemas del país son
cambiantes (aunque en ocasiones predecibles), y el partido busca el
poder e imponer su ideología, no reaccionar racionalmente ante
estos. Además, podrán poner las medidas que estimen pertinentes,
nadie puede negárselo ahora que el poder está en sus manos. Y
tercero, lo que antes era un debate para solucionar las disputas o
crisis de una comunidad, se convierte en un medidor de fuerzas que
crea la polarización de las personas. Estos son los principales
problemas de la democracia liberal representativa. Estos, y que no se
dice su nombre completo. No podemos llamar a cosas distintas de la
misma forma. Una cosa es la democracia representativa, y otra es, por
ejemplo, la deliberativa o participativa del filósofo Habermas. En
esta, el ciudadano tiene la posibilidad de participación, y se
define como ciudadano activo, que además de mero portador de
derechos, discute con su comunidad de los temas de interés general.
Ahora
que conocemos los engranajes de la cesión del poder de nuestros
sistemas democráticos, debemos preguntarnos: ¿Somos todos capaces
de participar activamente? Ahí entra la filosofía, o mejor dicho la
actitud filosófica, en cuanto que es una herramienta de formación,
de obtención de poder. Somos incapaces de participar en política y
estamos desinteresados por ella porque no podemos tomar las riendas
de nuestras vidas. Porque estamos desinformados y somos
potencialmente (y activamente) manipulados. Porque no podemos poner
en marcha nuestras ideas. Porque nos hacen creer en una verdad única
y metafísica que no podemos comprender. No quiero sin embargo, caer
en una fe ciega en las posibilidades de la acción pedagógica y dar
a entender que con la educación y la filosofía los problemas se han
acabado. Su uso debe comenzar por los estratos inferiores de la
sociedad. Entre ellos, nosotros. Y significar una toma de poder real
que solo puede pasar por el fin de los privilegios sociales y
políticos de los que disfrutan ciertas personas, basados en que si
no estás formado o eres pobre no sabrás participar. Una revolución,
que si no es totalmente antagónica a nuestro modo de vida y economía
se verá absorbida por la ideología reinante. La filosofía debe
defender una democracia, pero una que sea filosófica y compuesta por
pluralidad consciente, como argumenta Vattimo, cuando explica que
debemos abandonar la idea de verdad, a lo que añado que no es
posible llevarla a cabo sin que el cambio se haya consolidado.
Debemos advertir, no obstante, que en un principio usaremos la
“verdad” para desmantelar y modificar nuestros sistemas políticos
actuales, puesto que presuponemos que debemos conocer la situación y
ser conscientes, para llevar a cabo el cambio. Esto significa coger
la herramienta que usan los gobiernos (verdad única) y usarla en su
contra, porque la verdad es que no vivimos en democracia real. Tras
esto, las decisiones se basarán en un camino hacia soluciones
prácticas para los problemas, no en una guerra por tener la razón.
Por
tanto, podemos afirmar que la filosofía es necesariamente
democrática, si entendemos por democracia una participación
colectiva de las decisiones políticas y sociales, desde una óptica
perspectivista y pragmática, no condicionada por la pretensión de
encontrar una verdad irrefutable que caracteriza a las grandes
ideologías partidistas, que curiosamente acostumbramos a identificar
con nuestra opinión.
Iván Fernández.
¿Es necesariamente democrática la filosofía?
Fan y Alem
La Democracia es un concepto que ha
variado con el paso de los años, que actualmente se puede definir
principalmente a partir de dos variantes: Democracia liberal y
deliberativa, aunque sin profundizar en ello, debemos tener en cuenta
otras divisiones internas. La primera de ellas (considérese la
actual) es un sistema de elección de gobernantes, donde a partir de
la participación del pueblo surge el Estado, para cumplir los
propósitos de los ciudadanos, llegando a compararse con un mercado
(propaganda de partidos, lucha por mayoría de voto; tal y como una
empresa). Por otro lado, la segunda de ellas se entiende como una
raíz opuesta a la anterior, resaltando la carencia de participación
por parte de los ciudadanos en comparación con la otra variante, sin
embargo poseen puntos en común como son la defensa de los derechos
individuales, y el amparo de los mismos por parte del Estado; además
de presentar ciertos matices en la Democracia actual. En cuanto a su
práctica, podemos
ver que ciertos puntos que defiende este sistema de gobierno han sido
tratados por muchos autores, además de ser considerados temas muy
importantes dentro de la filosofía. Destacamos 2, la igualdad y la
libertad, los cuales consideramos fundamentales dentro de un estado
democrático, pero en ciertas ocasiones estos no se ven reflejados. A
partir de esto, ¿se
considera adecuada la forma de trabajo?; ¿vemos presente la igualdad
y libertad en la sociedad?; según la filosofía ¿son adecuadas las
medidas tomadas por nuestros representantes?.
En principio, el trabajo es uno de los
factores más representativos de nuestra sociedad actual, es decir,
la base de donde proviene parte del capital para satisfacer
necesidades individuales, como afirma
K. Marx. Si bien es cierto, la
actividad laboral en ocasiones no se corresponde con la dedicación a
la misma ya que el trabajo es externo al individuo.
Afirmándonos en la posición de este
filósofo, el trabajar conlleva a dedicar el tiempo preciso a una
actividad, que por necesidad hace dependiente al trabajador de la
misma, excluyendo en cierta medida la propia voluntad (eso no quita
que dicho sujeto disfrute su labor). Pero cabe destacar que aunque
dicha actividad suponga en determinadas ocasiones un esfuerzo, esta
ayuda tanto a la autosuficiencia del individuo como el desarrollo de
la sociedad. Un ejemplo podría ser el caso de los encargados de la
limpieza de las calles, quienes aunque dicha labor es digna de su
desarrollo, algunas personas lo identifican como un trabajo inferior,
y a pesar de ello, estos trabajadores dedican su tiempo para el
propio auto mantenimiento, y a la vez contribuir directamente con el
desarrollo y la mejora de la sociedad.
Por lo que el sistema laboral, desde el
punto de vista de Marx,
no es al cien por ciento adecuado, ya que el trabajador no debería
sentirse forzado a cumplir con dicha labor, y que no disminuyera en
parte su libertad (siendo esta una de las bases del sistema
democrático).
En segundo lugar, partiendo de la
definición de igualdad que propone la RAE, esta se puede concebir
como: “Principio que reconoce
la equiparación de todos los ciudadanos en derechos y obligaciones”.
Sin embargo, se pueden observar algunos gobiernos que no cubren este
principio, como un régimen dictatorial; Corea del Norte o Egipto son
ejemplos del mismo. Por otra parte la libertad, o la capacidad de
actuar conforme a la propia voluntad, está íntimamente ligada con
la igualdad, como indica Rousseau
En este aspecto la Democracia es una vía
que fomenta estas virtudes, tal y como defienden filósofos como
J.J.Rousseau
o B.Spinoza.
Por parte del primero, entiende que la igualdad es un principio que
todo sistema legislativo debería perseguir, pero no la entiende como
la equidad entre poder y riqueza, sino como la homogeneidad en virtud
del rango y las leyes, es decir, un mismo trato entre personas,
además de unas mismas normas para todos. Y por parte de Spinoza,
considera que la libertad es necesaria, debido a que con esta, la
forma de gobernar concuerda en cierta medida con la naturaleza del
hombre y se acerca más a lo natural, pero esto solo se da en el
estado democrático. Concibiendo de tal forma una libertad de
expresión en la opinión entre los ciudadanos, en lo que respecta al
voto (característica de dicho régimen).
Por estas razones, concluimos en que
estos 2 conceptos
están muy presentes en la Democracia, y por ello, en cierto modo, se
puede considerar a este régimen el más representativo de la
filosofía, sin embargo en ocasiones estos conceptos se desplazan a
un segundo plano y afecten a algunas personas, por ejemplo el
impedimento para que una pareja homosexual establezca matrimonio
(tanto en hombres como mujeres), o también el caso de Estados Unidos
con la expulsión de personas ajenas a dicho estado.
Finalmente, otro aspecto en
el que la filosofía se refleja en la Democracia,
es que en un sistema democrático es el pueblo el que posee la
capacidad de determinar la elección de sus representantes, el voto
es la herramienta principal y es el que le da participación en la
política al ciudadano. Y así dar lugar a la cesión de toma de
nuestras decisiones a dichos representantes.
Si bien es cierto, desde el punto de vista
del filósofo Maquiavelo,
estos representantes actuarán de una manera u otra dependiendo de la
situación en la que se encuentren, ya que este defiende que un
gobernante debe aprender a ser
bueno y no bueno. A lo largo de
la historia, muchos de estos líderes, no han sabido comprometerse
con el régimen democrático propuesto, dando lugar a la corrupción
dentro del mismo sistema. A pesar de ello, en la actualidad , dichos
representantes por ley deben actuar acorde con las propuestas
democráticas, esto no quita que se hayan producido casos en los que
las medidas que tomaron fueran las más adecuadas. Otro de los rasgos
a destacar, es la participación del ciudadano, quién a pesar de su
compromiso con el voto, en ocasiones se le excluye o su actividad se
ve reducida.
Por ello, las medidas que toman nuestros
representantes parcialmente son adecuadas y coherentes con dicho
régimen, aunque como se ha podido observar a lo largo de los años,
no siempre ha sido de esta forma. Esto no quita que los
representantes tomen las decisiones para conseguir el bien común,
lo que justifica dichas acciones.
En
conclusión, si bien es cierto que la Democracia es el régimen
político propuesto por las autoridades actuales. En defensa de esta
propuesta, como ya hemos aclarado, algunos aspectos no concuerdan con
la filosofía
dentro de este sistema. Claros ejemplos son los propuestos
previamente, tal y como es el caso de Estados Unidos y su presidente
Donald Trump,
o el insuficiente sistema laboral, en el que K.
Marx destaca el recorte en la
libertad que este provoca en el individuo. A nuestro parecer, estos
actos, llamémoslos “antimorales”,
son medidas que no aciertan en nada con
la filosofía y
la Democracia. Sin embargo, como también hemos expuesto basándonos
en la postura de Maquiavelo,
estos ejemplos pueden justificarse, siempre y cuando dichas acciones
velen por el bien y la estabilidad del Estado y los ciudadanos. Por
lo tanto, desde el punto de vista filosófico, esta toma de
decisiones aunque no parezcan las más correctas, sí son las más
adecuadas a la situación en la que se desarrollan. En definitiva, y
en lo que refiere a la pregunta inicial, podemos encontrar que la
filosofía se refleja perfectamente en la Democracia, y que si se
busca aplicar conceptos filosóficos tales como la libertad y la
igualdad a un régimen, el democrático es el idóneo, por esta razón
podemos considerar que la filosofía es necesariamente democrática.
“Una
gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o
democracia.”
Theodore
Roosevelt (1858-1919)
Político estadounidense.
Objecione
será democrática la filosofía de Rousseau y Spinoza, pero no LA
fILOSOFÍA, sino su filosofía.
domingo, 26 de marzo de 2017
Libro de lectura. El juego de pensar, de Tobies Grimaltos.
En algunas clases estamos realizando la lectura del libro El Juego de Pensar, de Tobies Grimaltos. Se trata de un libro de carácter divulgativo de los principales temas filosóficos que se abordan en el curso de 1º de bachillerato. La técnica que utiliza el libro es el diálogo entre un profesor de filosofía y su hija que está interesada en conocer a qué se dedica realmente su padre. En cada capítulo se aborda un cuestión o problema filosófico relevante.
LA
LIBERTAD OTRA VEZ
Te invito a dejar aquí un comentario desde tu propio/a enfoque de aquellos problemas filosóficos que has conocido a través del libro. Si te encuentras un poco perdido de cómo hacer un comentario en un blog, te propongo que sigas el siguiente esquema:
1) Referencia al hecho, problema filosófico, o reflexión que se aborda en el libro.
2) Reflexión personal sobre dicho hecho o reflexión.
3) Formulación de una pregunta que muestre tu curiosidad sobre el problema abordado a fin de que otros compañeros o compañeras te ayuden a profundizar en el problema.
Ejemplo:
1) Referencia al hecho, problema filosófico, o reflexión que se aborda en el libro.
En el capítulo primero del libro el padre de Marta le habla de la Peña Roja que hay en su pueblo. Al parecer existe una leyenda en el pueblo de que es roja por la sangre de un gigante que murió allí. Marta reconoce que cuando eres pequeño te lo crees pero cuando eres mayor te das cuenta que una razón mejor para explica el color es la naturaleza de los materiales que la componen. Con este simple ejemplo se trata de poner de relieve que el ser humano es, por naturaleza, un ser curioso, que se pregunta la razón última de las cosas y busca explicaciones. Fundamentalmente en el capítulo se nos distinguen dos formas de responder a las preguntas que nos planteamos: la mítica, que es una explicación basada en relatos fantásticos de héroes o dioses en el que la arbitrariedad y el azar son protagonistas; y la filosófica que parte del principio de que las cosas tienen una naturaleza concreta e inmutable, esa naturaleza se puede encontrar y describir mediante la razón observadora, analítica, y deductiva.
2) Reflexión personal sobre dicho hecho o reflexión.
Normalmente no tengo tiempo para preguntarme y pensar en las cosas o hechos que me gustaría, pero en ocasiones, cuando voy a la playa, o cuando me quedo sólo en casa sin nada urgente que hacer, o cuando leo un libro por placer sin presión para responder a un examen, o cuando veo un documental interesante, sin darme cuenta me encuentro pensando en un montón de cosas. Hoy mismo cuando estaba viendo un documental sobre el big-bang mi madre no dejaba de decirme que hiciese los deberes mientras ella iba a misa, que al regreso iríamos a ver a mis tíos. Si el mundo es el resultado de las leyes de la materia ¿qué pinta mi madre yendo a misa y mi padre de costalero? Pero por otro lado, uno piensa: si existe un reloj tiene que existir un relojero, o dicho de otra forma, si existe un universo, tiene que haber un "universero"... Y esta duda me desespera a la vez que me parece emocionante y estimulante. Pero si existe ese universero ¿por qué consiente que muera gente inocente en un terremoto u otra circunstancia? Muchos científicos fueron creyentes pero mucho otros no. Es extraño que personas analíticas, racionales y observadoras como los científicos hayan sido creyentes, porque la religión es un poco mitología, como lo de la Peña Roja. Yo no sé qué pensar.
3) Formulación de una pregunta que muestre tu curiosidad sobre el problema abordado a fin de que otros compañeros o compañeras te ayuden a profundizar en el problema.
¿Es coherente ser científico o filósofos y creyente a la vez? ¿Qué pensáis?
Si lo tuyo no son los comentarios puedes optar por responder a estas preguntas sobre el libro.
El JUEGO DE PENSAR
Tobbies
Grimaltos, El juego de pensar (editorial
Algar).
EL COMIENZO
1.
¿Qué es y por qué es Roja la Peña de la que se habla en el
capítulo?
2.
¿Qué diferencia hay entre las cuestiones de la
física y la biología y las cuestiones de la filosofía?
3.
¿Qué explicaciones se dan de la
Peña Roja ?
4.
“MARTA HABLA DE LA LIBERTAD”
1.
¿Qué relación existe entre la libertad y el
conocimiento?
2.
¿Qué definición da Marta de la libertad? Explícala y
coméntala.
3.
¿Qué relación hay entre libertad y poder?
“COMO SON LAS MARTAS
1. ¿Qué relación hay para los antiguos griegos entre
los sonidos, las letras y las cosas?
2. Si la teoría de los griegos fuese verdad ¿Qué problema
tendríamos?
3. ¿Qué quiere decir que "los nombres de las cosas son convencionales, esto es, son el resultado
de un acuerdo entre las personas que llegado a ser costumbre y regla?
Explica esto con ejemplos.
4. ¿Qué quiere decir que "las palabras no estén vinculadas naturalmente a las cosas, no quiere
decir que no estén en absoluto"?
5. Además de informar con el lenguaje ¿Qué funciones
hacemos?
“ROBOTS MUY BUENOS Y MUY
INTELIGENTES
1. ¿Qué quiere decir que el ordenador no tiene facultad
deliberativa?
2. ¿Piensan las máquinas?
3. ¿Qué diferencias hay entre las máquinas y las
personas?
4. ¿En qué consiste el test de Turing?
“MARTA NO CREE EN LOS FANTASMAS
PERO LES TIENE MIEDO"
1. Razona si puede influir el interés y la voluntad de
nuestras creencias. ¿Cómo?
“EL POBRE JAVIER, LO CULPARON"
1.
Dos personas
cometieron homicidio: una mientras disparaba hacia una diana en un campo de tiro,
y otra porque quería matarla. Los resultados son los mismos: dos muertos con
pistola ¿quién es culpable y quién es el inocente? Razona la respuesta.
2. ¿Un curandero que cree tener el remedio para una
enfermedad ha de darle al enfermo un remedio
aunque el efecto sea contrario y le provoque la muerte?
3. ¿Qué es la ignorancia culpable?
4. Un médico que da un medicamento a un paciente con la
intención de daarle la muerte aunque el efecto sea totalmente contrario ¿es
culpable?
5. ¿Cuándo hacemos cualquier cosa con la intención única
de la acción sin la intención del efecto pero conociendo los efectos malos,
estamos delante de una acción buena o mala?
Una acción mala pero
con efecto malo en un caso, y la misma
acción sin efecto malo en otro caso ¿es igualmente condenable?
“LIN DICE QUE EN SU PAÍS COMEN RATAS”
1. ¿No hay forma de saber qué costumbres, respecto de
cada cosa, comer, vestir, horarios, y todo eso, son los mejores?
2. ¿Qué cosa pasa con las costumbres de los países que
atentan contra la libertad, la igualdad, la dignidad, la felicidad o la integridad de las personas, no les
podemos reprochar moralmente?
3.
1. ¿Que quiere decir a veces: “tenemos deseos que se oponen a nuestros
valores, a las cosas que consideramos que está bien hacer? ¿Es lo mismo desear
que querer?
2. ¿Qué son los valores?
3. ¿Qué relación hay entre los valores y la educación?
¿Tenemos los mismos valores a la infancia; que a la juventud; que en la vida
adulta?
4. ¿Qué o quién hace nuestra educación?
5. ¿La educación de qué dos maneras puede formar la
voluntad de los ciudadanos? ¿Con cuál estás más de acuerdo?
6. ¿Qué quiere decir "la libertad, la voluntad
necesitan una naturaleza en la cual reposen, un yo que es su base. Por eso es
necesario poner tanta atención en la edificación de ese yo"?
LOS PERROS NO VEN LAS COSAS COMO SON
1. ¿Son las cosas como las vemos? ¿Qué puedes decir al
respecto?
2. ¿Qué cosa es peor: "creer saber cosas que no se saben o saber cosas que no se saben?
Razona la respuesta.
3.
¿Tiene razón Marta en creer en los fantasmas?
SI NO HACES LOS DEBERES NO HABLAREMOS ESTA NOCHE
1. ¿En qué
consiste la falacia de afirmación del consecuente?
2. Pon un ejemplo en el que se pueda verificar la
falsedad de esta falacia?
3. ¿En qué consiste la falacia de generalizar sin
evidencia suficiente? Pon un ejemplo de esta falacia.
4. ¿El falso dilema es un
argumento falaz? ¿Por qué?
5. ¿En qué consite la
falacia que llaman "petición de
principio"? Pon un ejemplo.
6. ¿Qué son las paradojas?
¿Puedes poner un ejemplo?
7. ¿El hermano de Marta es
más alto que ella?
CLARA SE HA PUESTO A DIETA
1. ¿Es más fácil tener la idea de perro o frío que la de
belleza? Razona la respuesta.
2. ¿Los modelos de belleza han sido siempre los mismos?
¿Quién fija los modelos?
3. ¿Se va ir a dormir muy tarde Marta?
4. Define belleza.
¿QUIÉN SOY YO?
1. ¿Qué resultado daría unir un cerebro de un hombre que
no furmara con el cuerpo de un hombre que fumara?
2. Imagínate que los médicos cometan la temeridad de
poner un cerebro de hombre en el cuerpo de una mujer. ¿Qué pasaría? ¿Con quien
se casaría?
3. ¿Es un milagro
que existas? ¿Por qué?
4. ¿ES más fácil pensar en
el tiempo que no existíamos o en el que no existiremos?
5. Imagínate que no hay
ningún momento en el que tú te reconozcas como el mismo o la misma porque has
tenido amnesia. ¿Te cambiarías el nombre? Razona la respuesta.
6. ¿Cuántos años tenía el
padre de Marta cuando Marta perdió a su abuelo?
7. ¿Por qué dice el padre de
Marta que la vida puede ser una mala broma?
PODEMOS CONOCER EL FUTURO
1. ¿Saber una cosa exige siempre creer que se sabe?
2. ¿Se puede saber cualquier cosa y creer que no sea
cierta?
3. ¿El padre de Marta se emociona o le gusta la filosofía?
MARTA TIENE EXÁMENES PARA PREPARAR Y YO LOS TENGO QUE
CORREGIR
1. ¿Las conversaciones que Marta ha tenido con su padre
le han aprovechado? ¿En qué? ¿Y a ti? ¿En qué?
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