domingo, 18 de noviembre de 2012

INFINITAS REALIDADES



INFINITAS REALIDADES
Mayra Bruce
                Desde pequeños, en todas las sociedades, los adultos ponen gran énfasis en conseguir que los niños adquieran los conocimientos que se consideran indispensables para la vida y la supervivencia, transmitiéndoles las adquisiciones que nuestra sociedad ha acumulado a lo largo del tiempo. Sin embargo, ¿Quién nos dice que esa transmisión de conocimientos es lo que más se asemeja a  la realidad?, ¿Podríamos decir que lo que nos pretenden  imponer y enseñar es del todo cierto?                                                               

              Desde que el hombre comenzó a debatir el por qué estamos aquí, y qué hay más allá de la Tierra, continuamente hemos ido dando repuestas que dábamos como verdaderas, pero que más tarde resultaban ser erróneas, por lo que hasta ahora no hemos sido capaces de saber qué es verdad y qué no lo es.
Sin lugar a duda, si hay algo que siempre ha ido unido a la verdad  es la ciencia.            La ciencia es el único criterio “aceptable” que tenemos hasta el día de hoy.                                                                                                                                     Con la palabra aceptable, me refiero a que  no tenemos ningún criterio para distinguir entre teorías verdaderas y teorías aceptables, hasta el momento.                                           La ciencia es la única fuente que nos proporciona respuestas sobre lo que sucede a nuestro alrededor y que  tomamos como verdaderas.  Popper nos expone que el objetivo de la ciencia es dar explicaciones satisfactorias  de aquello que nos parece preciso dar una explicación. De esta forma, Popper argumenta que una explicación será tanto más satisfactoria cuanto más contrastable sea, y cuanto mejor contrastada haya sido, porque la tarea científica se renueva constantemente. En cierto modo, la ciencia  nos intenta mostrar lo que ella considera que es la auténtica realidad, sin embargo, esa información que nos proporciona no tiene porque ser  del todo cierta, ya que  nunca podremos estar seguros de que dicha verdad que se nos muestra es la verdad absoluta. Por tanto, podríamos decir que la ciencia no es del todo eficaz.  Así Nietzsche señala que  la eficacia no es necesariamente un signo de verdad  Dicho esto, si me preguntan cuál es mi postura acerca del conocimiento objetivo, ésta sería mi respuesta:
                  Yo, por mi parte, afirmo que el conocimiento objetivo no existe y aunque existiera nunca lo podríamos  llegar a alcanzar.                                                                                Es obvio pensar que hay una verdad por la cual se  rige nuestro mundo, pero esta verdad es lo que hemos acordado que sea verdad porque necesitamos una explicación a lo que vemos y al lugar en el cual nos encontramos. Sin embargo, podríamos estar viviendo en una realidad que para nosotros existe, pero que en el fondo no. Si buscamos  en la enciclopedia una definición correcta de la palabra esquizofrenia  se afirma lo siguiente:  personas con un grupo de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad”. Se considera a una persona esquizofrénica aquella que vive en otra realidad.  Para esa persona  todo lo que ve es real y esa es su verdad y es muy difícil que le hagamos ver que  aquello que ve es inventado. Simplemente, perciben cosas que no son escuchadas ni vistas por nadie más que ellos. Cosas que no tienen sentido a veces. Pero que, para ellos, existen y son incluso palpables. No obstante ¿Por qué lo que nosotros vemos es más verdad que lo que la persona esquizofrénica ve? La respuesta es muy sencilla: porque es lo que la mayoría vemos. La verdad que determina la mayoría no tiene que ser  una verdad auténtica sino que es una verdad que usamos para que nuestro mundo funcione y que sirve para explicar las cosas que suceden en él.                                                                                                                                        
                Por otro lado, afirmo que por mucho que lo intentemos no podemos llegar a  saber cómo es la realidad, ya que mi presencia hace que esta cambie. A la vez para conocer la realidad tengo que existir en ella y mi presencia cambia la realidad. Nosotros somos los que creamos la realidad y  nos ponemos de acuerdo para decir que esa realidad es verdad, sin embargo, lo que nosotros decimos que es verdad varía dependiendo del momento de la historia en que vivimos. Por ejemplo, en un principio pensamos que la Tierra era el centro del universo y que todo giraba en torno a ella, pero hoy en día creemos que la verdad es que la Tierra gira alrededor del Sol y se encuentra dentro de un Sistema Solar. Sin embargo, esta teoría también podría ser falsa porque está demostrada mediante una ciencia que es inventada.        .                                                        
                 En efecto, el lenguaje es inventado, por lo que usamos algo inventado para  describir la realidad. Decimos que la nieve es blanca, pero eso nos lo hemos inventado nosotros para dotar de una cualidad a esa realidad, pero si nos paramos a pensar, no sabemos cómo es la nieve, lo único que somos capaces de hacer es crear una serie de términos que nos permiten explicar lo que vemos, nuestro propio mundo. Desde mi punto de vista, podemos conocer el valor y la utilidad de lo que está en frente nuestro, pero no podemos llegar a saber si es real o no.  Asimismo, podemos caracterizar lo percibido  mediante los sentidos, es decir, si es perjudicial o útil, pero no saber si existe o no. Esto se demuestra, por ejemplo, cuando vemos una estrella, ésta puede que ya no exista pero debido a la distancia nos llega la luz aunque ésta ya no exista, por lo que si nos fiáramos de la vista en este caso, pensaríamos que esa estrella existe, a pesar de que haya desaparecido. En este aspecto me apoyo en Rousseau, quién afirma que los sentidos nos son dados para conservarnos y no para instruirnos, nos advierten de lo que es útil o perjudicial, y no de lo que es verdadero o falso. Los sentidos transmiten todo la información que perciben del exterior al cerebro, acto seguido, éste lo ordena para convertirlo en un conocimiento, lo almacena, lo clasifica y lo utiliza cuando es necesario.
            Por tanto, el  cerebro  interpreta lo que percibimos, para lo cual interfieren otras funciones ejecutivas superiores, como la memoria,  el pensamiento e incluso las  emociones. Por ende, al percibir algo, nos conecta inmediatamente con una idea, con un recuerdo y con una emoción. Por tanto, cada percepción de la realidad será distinta, ya que cada uno de esos componentes dichos anteriormente son únicos en cada ser humano. Las diferencias entre los seres humanos no solamente en el aspecto físico sino también en el plano intelectual y psicológico, tienen mucho que ver con las diferentes percepciones de la realidad.        “¿Sería posible expresar con palabras lo que se ha visto? Del mismo modo que la vista no puede conocer los sonidos, así tampoco el oído no puede oír los colores.” Según esta afirmación de Gorgias, constatamos que es imposible querer comunicar la totalidad del mensaje, debido a que somos diferentes, dos personas no están pensando en la misma cosa en el momento en el que ambos se disponen a contarle una cosa al otro, ya que no es posible que algo único este en dos lugares a la vez.   Por tanto, dentro de tu realidad tú posees tus verdades. Las cuales no pueden ser de ninguna manera las verdades de otros. Por lo tanto, existen tantas verdades reales como realidades. Asimismo, puedo decir que en este aspecto me apoyo en Nietzsche ya que el pensamiento de este filósofo se centra en el descubrimiento de la verdad desde distintas percepciones. Nietzsche considera que cada uno tiene una percepción distinta del mundo y la considera correcta, pero es simplemente una más de las distintas percepciones que hay del mundo. Para Nietzsche,  no tenemos la medida correcta de ver la realidad por lo que es imposible llegar a conocerla.
           En conclusión, no existe el conocimiento objetivo porque mi presencia cambia la realidad y si esta cambia no podemos saber cómo es sin nuestra presencia, ya que algo que está cambiando constantemente no se puede conocer. Para que exista el conocimiento objetivo no deberíamos existir nosotros, ya que con nuestra presencia cambiamos la realidad y por tanto el conocimiento que podemos alcanzar no es verdadero, sino el que resulta de los cambios que provocamos con nuestra presencia. Es más, no solo cambiamos la realidad si no que inventamos un lenguaje con el que designar a esa realidad. No podemos fiarnos de nuestros sentidos para decir que lo que vemos es verdad, ya que estos a menudo nos fallan. Así pues, la verdad que determina la mayoría no es una verdad auténtica sino es una verdad que utilizamos para que funcione nuestro mundo y que sirve para explicar las cosas que en él se encuentran. Asimismo, cada uno tiene una percepción distinta de la realidad, por lo que  no podremos saber cuál es la verdadera realidad. Por tanto, la realidad no puede ser captada en su totalidad. En definitiva, independientemente de los argumentos y puntos de vista dados por cada filósofo, tenemos información suficiente para que cada uno, en su madurez de criterio saque las consecuencias más ajustadas sobre la verdadera realidad.
Fuentes visitadas:
1.    Textos de la IV Olimpiada de Filosofía de la Comunidad Valenciana.
2.    Pinar, M., ¿Qué es la realidad? En http://www.onirogenia.com/psicologias/%C2%BFque-es-la-realidad/

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